Comenzó en 1651, se celebra cada octubre, en donde miles de fieles se visten de morado y participan en procesiones multitudinarias que recorren las calles de Lima, llevando en andas la imagen del Cristo crucificado. La devoción comenzó cuando un terremoto en 1655 dejó intacta una pintura de Cristo en una pared de adobe, lo que se consideró un milagro. Actualmente, la festividad incluye misas, rezos y actos de fe que congregan a personas de todo el país. En 2007, la festividad fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación por el Instituto Nacional de Cultura de Perú, reconociendo su importancia histórica y cultural.